sábado, 31 de octubre de 2009

Contar el conocimiento

Los numerales arábigos:

Es de todos conocidos que las representaciones numéricas de los números que empleamos nos llegaron con los árabes a Europa a través de la invasión por el sur de España, por eso se les llaman también números arábigos, y que a su vez éstos los habían extraído de los hindúes. La genealogía de los numerales actuales empieza con las formas de representar los números en la civilización hindú de los Brahmi (300 a.C), pasa a los Gwalior (500 d.C) y de ahí a los árabes. Éstos tienen dos ramas, los orientales (800) y los occidentales (950), estos últimos son los que vienen a España. Matemáticos árabes como al-Sizji (945-1020), al-Biruni (973-1048) o al-Banna al-Marrakushi (1256-1321) difunden con sus tratados estos nuevos numerales que llegan a occidente. Aunque suele corresponder a al-Khwarizmi (780-850), por parte árabe, y a Leonardo de Pisa (Fibonacci, 1170-1250), por parte europea, todo el protagonismo del traspaso.

Calculistas vs abaquistas:

En el transcurso histórico los números van sufriendo transformaciones en su forma de escribirlos. Hay varios factores que influyen en esta evolución. Uno de ellos es el sentido de la escritura, según se escriba de izquierda a derecha o al revés, de arriba abajo o al revés, esto influye en la grafía, de ahí que los primeros números árabes occidentales y orientales sólo difieren en un giro de 90º. Otra de las influencias es el medio de cálculo que se emplea, por ejemplo, en Europa desde el principio de milenio hasta varios siglos después, se desarrolló toda una lucha entre los calculistas con ábaco y los que usaban las cifras árabes trazadas sobre la arena. El dibujar las cifras en un tablero de arena o polvo (Gobar) permitía escribir y borrar varias veces, mejorando el proceso de cálculo, y este fue un factor importante para que los numerales árabes se impusieran a los ábacos.


Modas y futuro:

También han influido determinadas escuelas y personajes de diversos ámbitos, como los discípulos de Pitágoras, sobre el año mil, que ponen de moda los números ápices, A. Durero sobre el 1500 que diseña unos números geométricos o Gutenberg que en esa época los tiene que diseñar junto con la letra gótica en las prensas de su imprenta. Lo curioso es que los diez dígitos que empleamos hoy en día alcanzan su tipografía actual hace poco más de 500 años, y ya nos hemos familiarizado con ellos, aunque con la llegada de los ordenadores ya les hemos visto con nuevo aspecto, pero cabe preguntarse si no seguirán evolucionando en el futuro, puesto que cada época también les reviste de su impronta.

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